Delfina Gómez, recién designada titular de la SEP, tiene dos grandes retos: abatir el rezago a consecuencia de las clases a distancia y lograr un seguro regreso a las aulas cuando las condiciones de salud lo permitan, sin embargo, expertos advierten que también es una maniobra con miras al 2021.
Con un pasado ligado a casos de corrupción –fue señalada de cobrar diezmo a sus empleados cuando fue alcaldesa de Texcoco– y a personajes acusados de cometerla, Delfina Gómez, recién designada titular de la SEP, tiene dos grandes retos: abatir el rezago a consecuencia de las clases a distancia y lograr un seguro regreso a las aulas cuando las condiciones de salud lo permitan. Sin embargo, expertos consultados advierten que hay más detrás de su llegada: una maniobra con miras a la elección de 2021 y el regreso del grupo político de Elba Esther Gordillo.
Por Rodrigo Vera|Foto: Miguel Dimayuga| domingo, 27 de diciembre de 2020|CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- La designación de Delfina Gómez Álvarez –ligada al grupo de la maestra Elba Esther Gordillo– como secretaria de Educación Pública es un nombramiento de carácter “político” del presidente Andrés Manuel López Obrador, encaminado a maniobrar electoralmente en favor de su partido, Morena, en los comicios de 2021, advierten académicos y líderes del magisterio.
Para otros personajes, muy al contrario, el nombramiento responde a criterios estrictamente profesionales porque la experiencia de Delfina tiene una “triple dimensión”: fue maestra de primaria, dirigente sindical en el Estado de México y, además, tiene una carrera política por lo cual –dicen– reúne el “perfil idóneo” para encabezar la SEP.
En el contexto de la pandemia por el covid-19, la controvertida maestra texcocana tiene como reto principal evitar el rezago educativo durante las actuales clases a distancia y, ya después, concretar el seguro retorno a las aulas, coinciden los entrevistados.
Alma Maldonado Maldonado, investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, asegura que el nombramiento “es un asunto meramente político” y obedece a su lealtad a López Obrador, quien, primero, la impulsó como candidata a la gubernatura del Estado de México y después la designó superdelegada del gobierno federal en esa entidad, la más poblada del país.
–¿En el nombramiento no influyó el hecho de ser maestra?
–Desde luego que también se agrega su experiencia en el tema educativo. Es una maestra que durante un tiempo impartió clases en una escuela primaria. Su experiencia docente le da herramientas para comprender el fenómeno educativo.
“Sin embargo, la SEP no sólo atiende la educación básica, sino otros niveles más complejos, por eso me preocupa ese perfil de Delfina”.
Finalmente se impone la parte política –dice–, donde se incluye su relación con el sindicato de maestros, que también apoyó su candidatura a la gubernatura mexiquense. La respaldó el grupo de Elba Esther Gordillo. Tiene, pues, vínculos con el oficialismo. Nunca militó con la disidencia magisterial”.
Con estos antecedentes, agrega Maldonado, está por verse cuál será la posición de Delfina como secretaria, ante el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y ante su contraparte, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), principalmente.
“Ya veremos también a quiénes invita a integrarse a su equipo en la SEP. Qué va a pasar con los actuales subsecretarios. Quiénes se van a ir. Quiénes se quedarán. Creo que el grupo de Elba Esther Gordillo resultará beneficiado de alguna manera. Regresará a ocupar algunas posiciones”.
–¿Qué retos educativos le esperan a Delfina Gómez en la SEP?
–Tremendos… Se viene una crisis sin precedente de retraso educativo. Por la pandemia, muchísimos estudiantes están desconectados, sin contacto con sus profesores y muy desmotivados. Además, el anterior secretario, Esteban Moctezuma, no dejó ningún proyecto educativo.
Fragmento del reportaje publicado en la edición 2304 del semanario Proceso.